¡Verano!

Llegó el verano.

Pero de momento no ha hecho mucho ruido... Aunque mejor no hablar porque yo no tolero bien las temperaturas extremas (je! qué exagerada..) del verano de Madrid. Vamos, que en un par de días estaré acampando en el salón de casa, debajo justo del aparato del aire acondicionado.

Aún con todo, me gusta el verano. La sandía, la ropa fresquita, las sandalias, quemarse en el Rastro después de estar toda la mañana entre los puestos, las tardes en la Dehesa, la playita... También desde el año pasado las prácticas. Y sobre todo, tener suficiente tiempo como para no tener que mirar el reloj. Aunque suene mal: tener tiempo para perderlo!

A pesar de hacer un día perfecto para ir a la piscina, hasta hoy no sabía si creerme lo del verano. ¿Qué por qué? Porque ayer en Soria todavía andaba con la cazadora puesta. Asomada a la ventana ví claramente los 9 grados que marcaba el termometro de la acera. Estos cambios... En dos horas (y pico) de viaje, casi quince grados de diferencia...

Otra cosa, y ya termino que no me va a dar tiempo a prepararme. Hoy último examen!! No sé qué tal habrá ido, pero lo importante es que ya hemos terminado. (Bueno, algunos. Suerte para todos los que tengáis Lobo la semana que viene.) Esta noche, cena de clase y despedida temporal. Qué pena... Estos dos años se me han pasado volando y creo que con los que quedan pasará lo propio. Espero que vayan igual de bien, que todos los erasmus disfruten mucho y un largo etcétera. Ah! Y Laura, no nos abandones, joder... Algún día te dedicaré una entrada, jajaj! A tí y a todas. Prometido.

Una canción bonita de Sabina: