Triste aniversario.
Aunque algunos (más de los que me gustaría) lo celebren como un día glorioso, se trata de una fecha fatídica. En 1936, tal día como hoy (hace ya unas cuantas horas) se ponía en marcha un alzamiento militar que llevaría a nuestro país a una guerra civil. Dan ganas de quemar el calendario, cuando no otras cosas...
La guerra civil. ¡Mierda! Es un tema que me cabrea. Antes me hacía llorar.
Hay tanto escrito… Y todavía tanto por escribir… Cada vez se conocen más datos, comienzan nuevas investigaciones. La historia continúa y hay que aprender a mirar atrás sin que duela. Es difícil. Requiere todo un proceso de olvido y posterior recuerdo. Es la asignatura pendiente del siglo XX, marcado por el silencio. Demasiado. Primero por miedo a las represalías, luego por la necesidad de avanzar. Ya se ha pasado el tiempo del
borrón y cuenta nueva. Ahora toca enfrentarse a lo vivido, romper tabúes y buscar justicia para todos. Creo que la clave está en el respeto. La educación de las nuevas generaciones es fundamental.
El año pasado dediqué algo más de dos meses a un trabajo de Historia centrado en la guerra civil española (en otra ocasión quizá lo habría escrito con mayúsculas, ahora no tiene sentido). Para ello, un montón de libros y documentales me daban la opinión de periodistas, de historiadores, de expertos, de políticos (actuales y de la época), de militares, de
los protagonistas... Hemerotecas y archivos históricos completaban la información. Sí, ciertamente había muchísima, pero faltaba algo.
Mi curiosidad apuntaba esta vez a los niños, aquéllos que vivieron la guerra sin entender nada... Niños que ahora tienen más de ochenta años, muchas ganas de hablar y sobre todo,
de ser escuchados. Arrugas que esconden testimonios interesantísimos, sí señor. Después de eso creo que aprendí a verla de otro modo. Fue muy enriquecedor. [Desde aquí, gracias a todos los que colaboraron.] Además todos los entrevistados, tanto de un bando como de otro, coincidieron en que la guerra
no sirvió para nada. Muy significativo.
Pero ahora, joder, no encuentro mi manual de Historia. Y me habría venido tan bien para esta entrada... El tomo IX coordinado por Tuñón de Lara. Explica la guerra de forma clara y me fue de gran ayuda. Lo buscaré. Bueno, pues por ahorrar tiempo y no equivocarme, tecleé en Google "18 de Julio de 1936" y ¡horror! descubrí
algo que casi da miedo. Mi primera reacción fue cerrar la ventana, pero antes de que el ratón llegara a la crucecita de la esquina superior ¿derecha?, decidí echar un ojo.
Leyendo algunos artículos de
la página de rotundo nombre ví expresiones como: "Cuando Dios pensó en Francisco Franco, pensó en España", "Franco nos dejó en herencia: una España feliz" o "La guerra continúa y ellos no la han ganado ni lo harán" en un
artículo de Laura Vázquez. ¡Puf! Es una opinión, claro. La respetaré, aunque no se hasta qué punto son respetables todas las opiniones... ¡Qué de cosas habría que decirle a esta mujer!
Sorprende tanto rencor, tanto odio… Y más cuando supuestamente ellos eran los vencedores. ¡Qué triste! Vencedores y vencidos. Miserable división social que no fue sino una coartada para aplastar el cuello de los que ya estaban en el suelo. Demasiado fácil,
demasiado ruin. Hace gracia que fueran los mismos que el domingo en la iglesia escuchaban lo del “amaos los unos a los otros”. ¡Ja!
Después de leer por encima otro artículo más, cerré la página. Ya está bien de
barbaridades por hoy.