Frivolidades (ejem ejem)

Mira quién fue a hablar...

¡Puff! No encendáis la televisión a esta hora (18'28hr) y menos para ver Telecinco. Acaban de estrenar un nuevo programa y la verdad es que siguen siendo los mismos buitres. Por lo que parece, la modelo Esther Cañadas ha devuelto o se ha visto obligada a devolver a una niña india que acogió hace algún tiempo. Es increíble el tono sensiblero y barato que utilizan para el reportaje... ¡Puff! Repito. Quién me mandaría sentarme frente al televisor.

Presumen de haber localizado a la niña en las calles de Calcuta... Y lo presentan como una gran exclusiva. ¡Carroñeros! Después de mostrarnos imágenes de uno de los barrios más pobres de la ciudad india, veo el careto del calvo de los tirantes anunciando un sorteo de 50 viajes a México. No sé qué me produce más indignación si la devolución de esa niña inocente o la forma de dar la información.

Si alguien alguna vez me ve haciendo algo de esto (y sé que es peligroso decir de éste agua no beberé), que me lo prohiba, por favor. Últimamente los medios de comunicación se han convertido en un espacio habitual para los juicios paralelos. Es un error. Los periodistas no son abogados, ni las audiencias son jueces, ni siquiera cuando deciden si tal personaje se queda dentro de una casa o si a tal artista le pagan la carrera discográfica. En fin...

Lo siento por esa niña. De verdad. Yo nunca he estado de acuerdo con estas experiencias de acogida. Aquí es habitual la llegada de niños saharauis en verano. Los niños tienen la oportunidad de ver otros mundos, pero ¿es justo obligarles luego a resignarse a su anterior vida? Me hace gracia todo esto. Jaime Peñafiel habla de frivolidad, de mascotas y de miseria en la misma frase. Pero ¿quién de todos ellos es el más frívolo? Da vergüenza. Y lo peor es que se les llena la boca cuando dicen que son periodistas... ¿Esto es Periodismo? Ja! Ni siquiera se merece la mayúscula.

Yo ya lo he apagado. Está visto que a estas horas es mejor leer un libro, dar un paseo o mirar al techo. En serio.