Mucho café...

... y mucha cerveza.

Últimamente estas dos cosas van ligadas y empiezan a formar parte de mis malos hábitos. Fiuuu! Menos mal que no son muchos... De todas maneras, no creo que ni lo uno ni lo otro tengan la culpa de que el comienzo de curso me esté costando tanto. Empecé la tercera semana con el firme propósito de asistir a todas las clases, pero... Puf!

-¡¿Pero puf?! ¡Pero nada! Se acabaron las excusas. Soy un desastre que desgraciadamente todavía no sabe priorizar y que odia los despertadores y demás alarmas... Pero hasta aquí hemos llegado. A partir de mañana, a todas las clases sin falta!

De todos modos, y dejándonos de buenos propósitos, me niego a suprimir de mi agenda esos jueves que prometen y que han dejado para el recuerdo frases tan buenas como: "Patisbisesuá o no?", "estoy más seca que una parra" o "es la nena raquítica". Hay que ver lo ingeniosa que se vuelve la Karpejki con unas cañitas... (Unas... que quizás fueron demasiadas). Por no hablar del "Uyuyuy" que le salió del alma, de la Pandilla Basurilla o de aquel barbas que nos amenazó... Jajaja! Si es que no se nos puede dejar solas... Otra cosa. También me niego a admitir que mi capacidad de aguante es por la costumbre. No, no y no.

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07:37. Ya estoy en casa. Entonces me planteo si no sería mejor ponerme a hacer cosas en vez de irme a la cama. Total, es viernes y ya es de día. Y es que llegar con la impresión de llevar varios días de fiesta, los pies jodidos sin haber usado tacones y la sensación de que lo que había ocurrido a las seis de la tarde fue ayer o anteayer... En fin... Me toco la frente y tengo fiebre. Ya decía yo... Anda, tira pa' la cama...

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Ahora sólo puedo pensar en una cosa... ¡Ya es miércoles!