viernes, 23 de diciembre de 2011

Gris

Su tono de voz era tan gris que hubiese podido apagar las luces de colores que iluminaban Correos de un soplido...

Pero no le dejé. Porque el juego entre azules, morados, rojos y naranjas debía continuar sobre las piedras de la fachada, repasando el arcoiris. Porque es Navidad y porque a Madrid le sienta bien esta época.

Y porque no quiero un recuerdo empañado. Gracias.

He dedicado muchas energías a levantar un ánimo que está a gusto por los suelos, que pasa de aceptar compromisos de esas manos que esperaron tendidas tanto tiempo... Y estoy cansada. Cansada de escuchar esa voz al otro lado del teléfono, esos 'te quiero's etílicos que no vienen a cuento, las miiiiismas histooooorias sieeeeempre.

[Aunque no lo creas, es muy fácil sacarse de encima ese gris mohoso del que vive permanentemente entre días de lluvia. Agarra una cajita de lápices de colores y empieza a ponerlo todo bonito. ¡Venga!]

Entre el tráfico, suena Braver Soldier - Russian Red y la cola para montar en el Navibús es taaaan larga que lo dejaré para otra ocasión.

miércoles, 7 de diciembre de 2011

Eterna espera

Y un panel de salidas que parece que no avanza...

Creo que nunca antes había llegado a la estación con más de quince minutos de antelación. De hecho, no es raro que el taxista que me lleva tenga que cruzar la ciudad a 80 km/h, termine con todas las uñas mordidas viendo que el metro va más lento de lo previsto o, incluso, pierda algún que otro autobús...

Pero hoy no. Todavía le quedan dos horas al tren que me lleva a Zaragoza y yo ya me he cansado de leer, de la música del iPod y de tener que vigilar todos mis bultos. Me ha dado tiempo a imprimir el billete, a tomar dos cafés, a ponerme las lentillas, a revisar la mochila, a hacer la foto para este post ¡y retocarla! ...

Está sonando 'Maybe Tomorrow' -Stereophonics' y mientras (des)espero que asignen la vía de mi tren, el culo se me queda helado en una silla metálica e incómoda.

viernes, 2 de diciembre de 2011

Ponerse las pilas

Aunque a veces cueste tanto...

Por fin he mandado todos los emails que tenía que enviar a los profesores del curso pasado. Sí, he dicho bien, del curso pasado. Porque el interés por la carrera llega con un año de retraso (y después de unos resultados académicos desastrosos).

Me da la sensación de que el 2011 ha pasado en blanco. Vale, he estado trabajando, he tenido que adaptarme a una nueva ciudad y he luchado porque la distancia no pusiese mi vida patas arriba. Ya está. Ahora tengo la impresión de que he empezado a aburrirme. Llevo más de un año y medio haciendo lo mismo, con horarios que contradicen a los del resto del mundo, con planes a los que tengo que renunciar porque son siempre en fin de semana... Necesito nuevos retos para poder quitarme de encima la idea de que ya he aprendido todo, lo que tenía que aprender ahí.

No sé. Es raro...

Suena 'Coming Up Easy' - Paolo Nutini mientras decido cuáles serán esos nuevos retos

viernes, 28 de octubre de 2011

Haciendo memoria

Ayer encontré unas carpetas con apuntes, cosas de clase y fotos!

Y me puse nostálgica... Echo de menos la universidad! Y Madrid y a mis niñas madrileñas!

¿Os acordáis de Ñof? ¿Y de la chica que tenía una cara "que era una putada" (no lo digo yo, verdad Ro?) ¿De los jueves que empezaban en el Romi y terminaban donde fuese?

Patatas alioli, cocacolas compartidas y Caty 'La Torpe'. Trabajos de última hora o de último minuto, en función de la cantidad de cosas que quedasen pendientes o de los ratos que hubiésemos perdido en la biblioteca contando chinos, alargando sobremesas o robando contraseñas.. (Marta, todavía tengo pesadillas con aquella página web y un reloj que marca las 6:59 am!)

Ataques de risa con todas las vocales. Sangría y espaldas quemadas, terracilla en Túnez, autobús equivocado volviendo de Fallas, Laurita y su afición por meterse debajo de las mesas. Jajaja!

Definitivamente sí, lo echo de menos.

Suena 'Don't look back in anger' - Oasis y qué buenos recuerdos!

sábado, 24 de septiembre de 2011

Realidades

Tan diferentes que resultan incomprensibles

Naufragan sus sueños de esperanza, mientras ellos son rescatados por Salvamento Marítimo. De camino al puerto ya saben que tarde o temprano los devolverán a sus países. Y de nuevo, muchos repetirán su odisea hasta la 'tierra prometida'. [Probablemente con el mismo resultado].

Todavía no me acostumbro a la llegada de las pateras. En mis esquemas no cabe la posibilidad de perder la vida en una barca destartalada en mitad del mar. Pero tampoco sé nada de la necesidad. Ni de esa desesperación que los empuja a buscar suerte en la otra orilla como única solución posible.

Yo sólo veo rostros cansados a los que nunca ponemos nombre. Subsaharianos que, en francés, cuentan a los voluntarios de Cruz Roja cómo se encuentran, qué les duele o cómo fue la travesía. Y es que, además del que les proporciona la manta, ellos también les dan calor. Calor humano que se desprende de la delicadeza con la que cogen a una pequeña de dos años, de las manos que empujan una silla de ruedas o de las voces que les preguntan la talla del calzado.

Y aunque la historia parece terminar al mismo tiempo que el desembarco, no, no acaba ahí. Después de una estancia máxima de cuarenta días en cualquiera de los centros de acogida, vuelven a la realidad que pretendían dejar atrás. Alguien debería decirles que no hay patera que escape a los radares, que no hay embarcación que no sea interceptada. Alguien debería gritarles que es un riesgo inútil. Pero ni a voces pondrían desanimarles, convencerles de que lo que les espera dista mucho de lo que desean encontrar, porque no tienen nada que perder (¡excepto la vida!).

Sólo han pasado tres días desde la última patera, pero en el puerto de Motril hoy duermen otros cincuenta y cinco recién llegados.

viernes, 23 de septiembre de 2011

¡Se acabó!

Último día de otro verano que pasa casi sin darme cuenta.

Un ritmo de trabajo que me gusta porque agota, porque te obliga a dar el 150%, porque exige capacidad de reacción... Porque te permite llegar a casa cansada pero satisfecha, sabiendo que el día siguiente no tendrá nada que ver con lo que ha sido el anterior.

Muchas horas extra, muchos kilómetros y mucho estrés. Y es que, cuando parece que la mañana está tranquila y por un día vas a irte a comer a casa con tus amigas que, por cierto, están a punto de llegar, avisan de que un hombre se ha ahogado en Salobreña. Y hay que preparar el equipo, salir corriendo y a ellas dejarles las llaves de un piso que no han pisado nunca y decirles por teléfono dónde está todo. Hasta la noche.

Las preocupaciones laborales hacen que te olvides de las tuyas propias, de que tienes que devolver llamadas, arreglar alguna discusión, llenar un frigorífico vacío o incluso de tu cumpleaños...

Otro verano que, estando tan cerca, veo la playa sólo de pasada. Poquitos días de descanso, los suficientes... pero suficientes para echar de menos el sol, la arena y el sonido de las olas. Así que ¿cómo queréis que esté negra? Lo mío es moreno-curro. [Y no me quejo por todos los que lucen un tono biblioteca].

Después de este agosto de calor, lo más parecido a vacaciones ha sido medio fin de semana de chungo, una escapadilla a Madrid y unos cuantos días para preparar un examen que finalmente he suspendido... Pero ahora empieza un otoño cargado de proyectos. Un inicio de curso que esta vez comienza con ganas de sacarlo adelante y de buenos própositos que, seguro, serán algo más que eso. ¡Vamos, vamos!

A estas horas no suena nada más que el camión de la basura y el reloj, si pudiera, me mandaría a la cama a gritos, ¡que mañana madrugo!

lunes, 19 de septiembre de 2011

Si aún dices 'venga'...

... yo digo 'vale'

Culpo a mi casi inexistente fuerza de voluntad. Y a las ganas. Y a lo que te echaba de menos. Y los culpo porque paso de asumir mi parte de responsabilidad. Me niego. A veces hay que improvisar, retrasar un viaje, encender una luna y olvidarse de lo demás. Y no me arrepiento porque, por unas horas, todo fue como cuando era bonito.

No sé si esto cambiará las cosas...

Suena 'Llévame al baile' - Pereza y sigo creyendo que ya no hay tiempo para ese último baile contigo

viernes, 9 de septiembre de 2011

¡Sorpresa!

Esto vuelve a estar vivo

Recupera el latido un blog que llevaba más de tres años en standby. ¡Tres años! Y todo ha cambiado tanto que no sé por dónde empezar. ¡Han pasado tres años! [Sigo sin creerlo] Así que sólo diré que recupero un espacio que formó parte de una vida que, en algunos momentos, echo de menos. Cuando mi única preocupación era disfrutar de Madrid y de la vida universitaria, fuera y dentro de las aulas... Ahora, más de tres años y quinientos kilómetros me separan de todo aquello.

Pero más vale tarde que nunca, dicen. Así que aquí estoy con blog y ganas renovados en un enésimo, pero definitivo, intento por mantenerlo vivo.

Está sonando 'Runaway' - Gentleman y me doy cuenta de que es un lujo escribir desde el Mirador de San Nicolás [aunque el portátil me destroce el hombro durante el camino].