martes, 31 de enero de 2012

¡Feliz cumpleaños!

Sonrientes y felices, me encanta esta foto ochentera


Tengo que agradecerte tanto que no sabría por dónde empezar.

Gracias por todos los esfuerzos para regalarme cuanto he tenido. Gracias por enseñarme que merece la pena ser buena persona. Gracias por ser la primera en felicitarme cuando me lo merezco. Gracias por saber qué decir para animarme en los momentos chungos. Gracias por coger el teléfono cuando lo necesito, sea la hora que sea.  Gracias por estar ahí, siempre [porque si algo he aprendido es que no hay distancia cuando tienes más de 40 de fiebre o cuando se trata de pasar una Nochebuena lejos de todos]. Gracias por el apoyo, por las risas, por los impulsos, por preocuparte, por las conversaciones hasta las tantas... Gracias por todo esto y por lo que me dejo. ¡Te quiero mucho, valiente! ¡Y no iba a ser menos el día de tu cumpleaños!

Un beso enorme, cargado de admiración, entre apuntes de Documental. ¡Muak!

miércoles, 25 de enero de 2012

Ya no hay más pétalos amarillos

Porque me he dado cuenta de que, por muchos que guarde, nada va a cambiar las cosas

Sé perfectamente que estamos a 25 de enero porque he mirado el calendario en varias ocasiones. La primera, para saber cuánto tiempo me queda hasta el primer examen (cinco días, aunque en realidad sólo sean tres). La segunda, porque hoy era la fecha límite para presentar el trabajo de Programación. La tercera, porque he instalado una aplicación en el teléfono que me ayudará a controlar mis gastos (hoy, 23'34 euros en el supermercado y monedas sueltas para el autobús y un café, creo). La cuarta, para asegurarme de que todavía no es 28. La quinta, para apuntar el encabezamiento de un par de anotaciones en mi Moleskine.

Pero no he caído hasta hace unas horas, cuando ya era tarde para comprar la rosa amarilla que prometí que siempre compraría. Y me he sentido fatal. Llevo tantas cosas en la cabeza que he pasado por alto algo realmente importante.

Porque una tarde, hace hoy justo tres años, perdía una parte importante de mi vida. Nevaba y los copos se enganchaban en mi pelo y el frío no era capaz de recordarme que había olvidado el abrigo en una habitación de hospital, porque nada importaba más que lo que acababa de perder. Y aunque llorar no cambió nada, lloré como nunca lo había hecho antes. Con la rabia del que no entiende y la tristeza del que sabe que no hay consuelo. 

Me está costando mucho asumir que no estoy alargando el intervalo entre la última visita y la que será la próxima. Asumir algo que nunca he dicho en voz alta y que sólo con pensarlo hace que se me empañen los ojos... Te echo de menos y te quiero, Abu. 


Siendo un poco masoquista, suena Color Esperanza - Diego Torres porque es inevitablemente tu canción y porque el recuerdo que trae a mi cabeza es muy bueno. Gracias.

lunes, 23 de enero de 2012

¡Exámenes!

Oficialmente empiezan los exámenes!

Y ni siquiera de manera extraoficial consigo sentarme delante de los apuntes. Remoloneo, estiro los minutos y, aunque luego me arrepiento, no hago más que buscar excusas para no ponerme a estudiar. Tengo pocos días para preparar demasiadas asignaturas. He leído algunas de las fotocopias que recogí en reprografía, he traído hasta la mesa un montón de folios con la pretensión de llenarlos de esquemas, ideas clave, etc. Pero nada.

¿Será verdad eso de que cuando se pierde el hábito de estudiar eres tú el que está perdido? No lo sé, pero desde luego yo tengo un bonito calendario repleto de cosas que hacer y de temario programado para ir tachando a medida que avanza mi estudio. Él se encargará de guiarme. Espero.

Suena Walk in the Sky - Bonobo y será mejor que apague ordenador y teléfonos. ¡Deseadme suerte!

sábado, 14 de enero de 2012

Historia que se escucha...

...cuando fluye el agua a través de los Leones de La Alhambra

Más de diez años esperando para escuchar de nuevo el murmullo del agua en el Patio de los Leones. En mi caso, muchos más, porque era la primera vez que iba a oirlo. Atenta. Viendo cómo, poco a poco, el agua ocupaba todos los canales, rodeaba a los felinos de mármol y se escapaba finalmente de sus bocas. Privilegiada. Todos los demás tendréis que esperar hasta la primavera.

De forma inevitable, tratando de ignorar los flashes y la parafernalia política, imaginé a aquel sultán que los encargó recorriendo el patio, observando su fuente. Y tengo que reconocer que envidié a Muhammar V porque pudo escuchar a los leones por primera vez. En silencio.

Suena 'Somebody that I used to know - Gotye' y no entiendo por qué no saco más ratos para ir descubriendo las pequeñas cosas escondidas en La Alhambra.

jueves, 5 de enero de 2012

Los Reyes son...

... ¡los niños!

Los nervios de la noche del 5 de enero hace ya años que desaparecieron. Ese alboroto de 'las tres en el mismo cuarto', juntar las camas y no poder dormirse hasta las mil... Pero, sobre todo, lo que más echo de menos era aquella ilusión del día siguiente, cuando todavía no sabías qué se escondía dentro de todos esos regalos que esperan bajo el abeto. ¡Qué inocentes éramos!

Pues bien, a pesar de ser yo muy de Reyes Magos -todavía no me acostumbro a que un gordo vestido de rojo se encargue de los regalos-, hacía también muchos años que pasaba de cabalgatas, de abuelos que parecen olvidar que un caramelo cuesta cinco céntimos y del frío esperando de pie. Pero hoy ha sido distinto. La cabalgata nos ha sorprendido por la calle, se ha cruzado en nuestro camino.

Y todos esos disfraces de duendecillos, la purpirina de los maquillajes, las carrozas, la música, las caras de los que llamaban a gritos a su Rey Mago preferido para recordarle por última vez que han sido buenos... Todo eso, me ha parecido bonito.


Sin músicas sonando al tiempo que escribo, esta vez, en el aire sólo ilusión que se contagia.